29 enero 2015

Crónica de la película sobre Figueroa Agosto.

En cine, todo el arte o todo el fallo de su gerencia, se reduce a tener un buen guión y al modo acertado de concretarlo en pantalla. Lo otro sobra.

Tras ver Los Reyes, la impresión que nos queda, es la de ese cine dominicano realizado sin muchos recursos, sin Ley Nacional de Cine, manejando un tema que por su sensacionalismo y la tendencia popular al morbo, permite apostar al éxito en la taquilla, pero en desmedro de los valores de la producción. Pero tambien queda el hecho de que grandes películas, apoyadas tan solo en talento creativo, se han hecho con centavos.


Es una película de denuncia social, pero su estructuración la abandona en los ramales del panfleto y la caricatura. Y su truculencia, que enmascara con excesivas e innecesarias escenas eróticas, es efectista y provocará que mucha gente quiera verla. Pero pudo haber sido mejor cine.

Lo que se verá en pantalla satisfará morbo y narco-chismografía, pero ahí estarán los saltos e incongruencias del guión, las terribles actuaciones secundarias, la iluminación deficiente, una fotografía que debió ser mejor, los problemas de anacronismo (como los 10 años que pasan sin que se perciban en el agente federal investigador, o como el muerto de un tiro en el pecho sigue agonizando después de muerto, o manejo dado a la escena en que detienen al español "Del tiempo", solo para desnudarlo y verlo correr, carece de sentido y se impregna de mal gusto) y las fílmicamente innecesarias escenas de sexo y las soluciones visualmente simplistas a planteamientos que requerían de un trato mucho más cuidadoso y detallado.


En justicia hay que decir a su favor que, en tanto su carácter independiente , Los Reyes no contaron con patrocinios dado el hecho de que la gran empresa no se inclinaría por involucrar su nombre en una producción con este tema y tampoco con los beneficios de la Ley Nacional de Cine. Esta cinta se hizo por el valor y la voluntad de sus productores, incluso hipotecando propiedades en Puerto Rico. Pero esos aspectos no son considerables al ver lo que hay en pantalla. Cine es cine y el resto, crónica de lo innecesario.


Las actuaciones
Poco se salva de todo aquello. Hay algunos papeles convincentes como los de Xiomara Rodríguez, lo mejor del filme, y Yamile Sheker, en roles breves que recuerdan la formación actoral de ambas mujeres.

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