06 octubre 2014

Bodas gay ya son legales en casi la mitad de Estados Unidos.

Las autoridades de Wisconsin, Indiana, Oklahoma, Utah y Virginia pretendían preservar la prohibición de los enlaces, pero la Corte Suprema rechazó las apelaciones.
Jim Derrick y Alfie Travassos se casaron en Utah, después de que la Corte Suprema rechazó la apelación.

Washington


La Corte Suprema allanó imprevistamente el camino para una gran ampliación del matrimonio gay en Estados Unidos y dejó entrever que quizá sólo es cuestión de tiempo para que las personas del mismo sexo puedan casarse en los 50 estados del país.

Al rechazar las apelaciones de cinco estados que pretendían preservar sus prohibiciones contra los enlaces entre parejas del mismo sexo, la Corte Suprema convirtió efectivamente en legales esos matrimonios en 30 estados de diversas regiones, un incremento sobre los 19 y el Distrito de Columbia anteriormente.

Continúan pendientes de resolución las impugnaciones de otros 20 estados.

Casi de inmediato, parejas entusiastas comenzaron a recibir las licencias de matrimonio que les habían negado antes.

"Este es un día de ensueño", dijo Sharon Baldwin, una de las quejosas en una impugnación contra una prohibición en Oklahoma. Baldwin y su pareja recibieron su licencia en la oficina de administración del condado Tulsa.

Las decisiones del lunes de la Suprema Corte afectan directamente a Wisconsin, Indiana, Oklahoma, Utah y Virginia. Las autoridades en esos estados habían presentado apelaciones contra los fallos de cortes inferiores en un intento por preservar sus prohibiciones.

Las parejas en otros seis estados —Colorado, Kansas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia Occidental y Wyoming— podrán casarse en el corto plazo porque esos estados tendrían que ajustarse a los mismos fallos.

Aunque los secretarios de condado en varios estados comenzaban rápidamente a emitir las licencias a las parejas gay o lesbianas, en otros estados afectados por la decisión de la corte, las autoridades no parecían dispuestas a rendirse en la lucha. Sin embargo, son limitadas sus opciones legales.

Las órdenes sucintas que emitió el lunes la Suprema Corte estaban contenidas entre más de 1.500 apelaciones rechazadas que se habían acumulado durante el verano.

El resultado no fue el que esperaba o quería alguna de las partes.

Partidarios y oponentes del matrimonio entre personas del mismo sexo habían pedido a la corte que resolviera si la Constitución concede a este tipo de parejas el derecho a casarse a nivel nacional.

Los magistrados no explicaron por qué decidieron dejar ese punto sin respuesta por ahora.

Quizá están a la espera de que alguna corte federal de apelaciones rompa filas con otros paneles de ese tipo y ratifique las leyes estatales que definen como matrimonio el concertado entre un hombre y una mujer. O quizá consideran que ellos tendrán poca participación mientras una corte tras otra elimina las prohibiciones estatales.

Sin embargo, la trascendencia es clara. Lo que los magistrados hicieron prácticamente en silencio el lunes "tiene que enviar una señal a otras cortes de apelaciones de que la Suprema Corte no cree que sea malo permitir el casamiento a parejas del mismo sexo, y que incluso los jueces conservadores no creen que tengan una buena oportunidad de conseguir cinco votos. Y esto envía el mensaje de que el asunto ha terminado", dijo Jon Davidson, director jurídico de Lambda Legal, un grupo defensor de los derechos de las personas homosexuales.

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